Cuando hablamos de motor, más vale no asumir riesgos
Cuando el cliente pone en nuestras manos su vehículo, lo hace confiando plenamente en que el trabajo realizado garantizará un buen rendimiento y prolongará su vida útil. Por eso, si por ejemplo nos encontramos una culata dañada, siempre es preferible reemplazarla a repararla o acondicionarla, pues es una pieza el motor tan importante que no debemos asumir riesgos innecesarios.