Del mismo modo que los frenos y los neumáticos son claves en la seguridad del automóvil, los amortiguadores también juegan un papel esencial en la protección, ya que son los que hacen posible una conducción cómoda y segura. Por lo tanto, lo más recomendable es que se encuentren en el mejor estado posible.
Sin embargo, al contrario que con las ruedas, el nivel de aceite o incluso las pastillas de freno, comprobar el buen estado de los amortiguadores resulta más complicado, ya que no es una pieza que se pueda testear con facilidad. Ante esta situación, lo más recomendable es que en cada visita al taller, los mecánicos echen un vistazo a su estado o al menos hacerlo cada 20.000 kilómetros.
Cuándo hay que cambiar los amortiguadores
Si hablamos de kilometraje, lo más habitual es cambiar los amortiguadores aproximadamente cada 60.000 kilómetros, aunque dependerá del vehículo, del modo de conducción, del nivel de carga y del terreno por el que se suele circular.
Como es evidente, una conducción relajada resulta menos lesiva que otra más agresiva, tal y como ocurre con el peso que transporta (a menor peso, menor desgaste). Asimismo, no es lo mismo utilizar el vehículo por autovías que por zonas bacheadas o caminos. Obviamente estos últimos terrenos castigan más a los amortiguadores, lo que afecta directamente a su longevidad.
Por otro lado, también influyen las condiciones medioambientales, especialmente en las regiones montañosas o en las marítimas. Esto se debe a que la continua humedad puede llegar a oxidar algunos componentes de los amortiguadores. En cuanto a las áreas costeras, el principal enemigo es la sal.
Síntomas que avisan del mal estado
Aunque su revisión no sea sencilla, existen algunos síntomas que el conductor puede observar y que le avisarán de que es el momento de cambiar los amortiguadores de su coche. A continuación vemos esas “pistas” que nos da el vehículo cuando esto ocurre:
- Se producen vibraciones al conducir.
- El coche frena peor (esto se puede deber a diversos factores, de manera que habría que revisar también el estado del sistema de frenado).
- Los neumáticos se desgastan de manera irregular. Este es uno de los principales síntomas, ya que implica que el peso del coche no se reparte por igual, especialmente en terrenos donde la amortiguación es esencial.
- Aumenta el consumo de combustible.
- El automóvil se controla peor al trazar una curva o cuando el piso está mojado.
- En los baches muy pronunciados, el coche se “clava” y le cuesta salir.
Cualquiera de estas circunstancias deben “invitar” al dueño del vehículo a visitar su taller de confianza, pues lo más probable es que deba cambiar los amortiguadores. Ni que decir tiene que desde PEMEBLA recomendamos siempre recambios de calidad, es decir, de aquellas marcas que son capaces de ofrecer las mayores garantías. Ese es el caso de los amortiguadores de Japanparts, que ofrecen la mejor respuesta para coches europeos y asiáticos.