No es necesario recordar que cuando llega el invierno las horas de luz son más escasas y las condiciones climáticas empeoran, provocando precipitaciones en forma de lluvia y, en ocasiones, incluso de nieve. Sin embargo, sí que es importante tener presente que la iluminación del automóvil -sus faros- será clave para que la conducción resulte segura en unas condiciones lumínicas que dificultan el tránsito por carretera.
Por lo tanto, la buena salud de los faros se convierte en una tarea aún más importante que el resto del año. Esto quiere decir que, ya sea en el taller, o uno mismo, debe revisar el buen estado de las luces, las cuales, por regla general son de tipo halógeno.
La luminosidad de los faros halógenos
Si bien es cierto que las tecnologías xenon y LED están acaparando cada vez mayor protagonismo por ser más novedosas y ofrecer un elevado rendimiento en lo que a iluminar se refiere, los faros halógenos aún están presentes en buena parte del parque automovilístico.
De hecho, esto no quiere decir que los halógenos no realicen bien su labor, sino todo lo contrario ya que, si están en buen estado, ofrecen todas las garantías lumínicas que se requieren para la conducción. Eso sí, su mantenimiento tiene que ser el adecuado, pues de lo contrario, los peligros aumentan.
¿Cómo mejorar su luminosidad?
Obviamente, si hace tiempo que no se cambian o tienen algún desperfecto, puede que hayan dejado de funcionar como deben, de manera que los usuarios de los automóviles han de acudir al taller para realizar el cambio.
En este caso, deben saber que los nuevos modelos que se comercializan, ofrecen las mismas garantías que los que el coche traía de serie, a lo que suman cualquier tipo de innovación que aparece en el mercado. En este caso, Pemebla dispone de una amplia gama con la que satisfacer las necesidades de los automovilistas. Por un lado, distribuimos el catálogo de un fabricante de la talla de ASP, dedicado a la iluminación de primer equipo, igual a la original. Y por otro, también ofrecemos a nuestros clientes los faros halógenos (y toda su gama de producto en general con más de 4.800 referencias en catálogo) de TYC, companía dedicada a la iluminación aftermarket.
Claro que si los faros halógenos no se encuentran en mal estado, pero no “iluminan como antes”, siempre se puede hacer lo siguiente:
- Cambiar la lámpara. Puede que esta sea de baja calidad o que ya no tenga la potencia que ofrecía al principio. En este caso, habrá que sustituirla por otra de tipo halógeno, pues si se quiere variar a una xenon o una LED, será necesario un proceso de homologación que deberá quedar debidamente documentado (en un taller autorizado), ya que, de no ser así, sería motivo de infracción y, por lo tanto, de multa.
- Regular bien los faros. Las luces se van moviendo con el movimiento del vehículo. Hay veces que los baches terminan por cambiar la posición mínimamente, lo justo para que los faros no iluminen donde deben. Por lo tanto, hacer el reglaje es esencial.
- Limpiar los faros halógenos. Hay veces que para ver mejor no hay nada mejor que limpiar. Y es que se acumula mucha más suciedad de la que se aprecia a simple vista y, claro está, eso se nota cuando las condiciones lumínicas no son las adecuadas.
- Comprobar la transparencia del cristal. Con el paso del tiempo, los faros se van deteriorando y el elemento que está expuesto a la intemperie es el cristal que protege y a la vez distribuye la luz de la lámpara. Puede llegar un momento en que ni con una limpieza a fondo se consigue la transparencia necesaria. En ese instante, lo más adecuado será su sustitución por alguno de los modelos que comercializamos en Pemebla.
En definitiva, el invierno es una época en la que la iluminación es esencial para la seguridad al volante, de manera que hay que contar con los mejores faros halógenos del mercado y eso es algo en lo que Pemebla ayuda a sus clientes.