Bajan las temperaturas, el tiempo se vuelve más húmedo y la lluvia transforma en partículas de barro la suciedad que albergan las carreteras. Tales condicionantes afectan a los diferentes componentes del automóvil, de tal manera que no es de extrañar que los usuarios noten que los frenos no resultan tan eficaces como de costumbre.
Uno de los primeros síntomas que hacen pensar que algo puede estar fallando o que está a punto de hacerlo es el ruido que proviene de ellos al pisar el pedal. Ese característico chirrido se puede deber a algún tipo de suciedad circunstancial, pero conviene vigilar su estado para garantizar la seguridad en la conducción.
Causas del ruido de los frenos
Como cualquier mecánico puede informar cuando se visita el taller por este motivo, las causas del chirrido al frenar son diversas:
- Las pastillas de freno están gastadas. Una vez que llegan a las tiras de seguridad, estas comienzan a “quejarse”, de manera que avisan al conductor de que el sistema de frenado ha perdido efectividad y los discos podrían dañarse.
- Un problema peor sería que los discos estuvieran en mal estado. En este caso, aunque se cambien las pastillas, el ruido persistirá y habrá que sustituirlos. En caso de no hacerlo, el coche puede dejar de frenar, con lo que ello supone. Esta situación es aún más peligrosa en invierno, dado que las condiciones climáticas afectan al pavimento.
- Abuso del freno. Otra de las causas del ruido persistente es que se “frene demasiado”. Un intensivo uso de las pastillas puede provocar que estas terminen cristalizándose y que pierdan efectividad, provocando este particular sonido. Así pues, es recomendable el uso del freno motor siempre que sea posible.
Humedad y suciedad. Finalmente, dos de las razones de que los frenos hagan más ruido en invierno que en verano son la mayor humedad (hasta que no se calientan tienden a chirriar) y la suciedad que se acumula en el asfalto por las lluvias y el mal tiempo (se concentran más partículas de lo habitual en las pastillas y rechinan hasta que terminan desapareciendo).
Mantenimiento de los frenos en invierno
Como acabamos de apuntar, es habitual que en algún momento los frenos chirríen especialmente durante las estaciones más frías. Ante tal situación, los conductores han de tomar algunas precauciones. La primera de ellas es no abusar de ellos durante la conducción. Asimismo, han de vigilar si el coche tarda más en detenerse o no, ya que de ser así, se antoja una rápida visita al taller. El tercer punto que han de tener presente es que cuanto más limpios estén, menos se deteriorarán, de manera que hay que evitar que se acumule suciedad. Y claro está, para ello lo único que hay que hacer es lavarlos. Por supuesto, esta labor se debe llevar a cabo en un momento en el que las temperaturas no sean demasiado bajas, puesto que el agua podría congelarse y que la limpieza resultara contraproducente.
El ruido persiste
En el caso de que el coche no se detenga con la misma “soltura” y que los frenos hagan más ruido de lo habitual, en PEMEBLA, como especialistas en la venta de productos de frenado para vehículo europeo y asiatico con Japanparts, consideramos que es necesario acudir a nuestro taller de confianza para que lleven a cabo una revisión concienzuda del sistema.. Ya sea para realizar una limpieza a fondo o para cambiar alguna de las piezas que lo conforman, la labor del mecánico será clave para que la conducción sea más segura. Y no hay que olvidar que en invierno las condiciones atmosféricas y el estado del pavimento tienden a dificultar cualquier frenada.